Hay personas famosas a las que admiramos por distintos motivos.
Pero hay un mundo de personas admirables a nuestro alrededor, en nuestro entorno directo, a las que hoy quiero dar un pequeño homenaje.
Admiro a una mujer increíble que, por amor en un principio y por miedo más tarde, pasó por una relación horrorosa en la que el maltrato estaba a la órden del día. Eso no es admirable.
Lo admirable es que en un momento dado, tuvo el valor y el coraje suficiente para decir NO. Tuvo la fuerza suficiente para cortar esa relación (con sus duras consequencias) y comenzar una nueva vida.
Decidió tener la suerte, de encontrar alguien que la mereciera y de hacer felices a los que de verdad la querían, consiguiendo ser feliz ella.
Y enfrentar la vida con una sonrisa y la cabeza bien alta.
Admiro a un hombre que tuvo el valor de enfrentarse a los que más quería por amor. Apostó por una persona que consideraba especial y cada día lo refuerza con paciencia, cariño y la fuerza de su corazón.
Admiro a un grupo de personas, que unidas, han sabido encontrar el apoyo de desconocidos. Con su trabajo, su cordialidad, el engranaje de su equipo y la fuerza que transmite el sentido común.
Admiro a los niños que, sin saberlo, hacen que las penas pasen a un segundo plano. Ayudan a aprender mientras les intentamos enseñar, y nos hacen sentir que la vida, vale la pena vivirla.
Admiro a muchísimas personas de mi entorno, de mis círculos, de mi vida cotidiana. Y aunque en este post, solo menciono a algun@s, creo que todo el mundo tiene algo admirable, por lo que soy realmente afortunada de conocer a tantas y tan variadas personas. ¿No crees? ;)
Pero hay un mundo de personas admirables a nuestro alrededor, en nuestro entorno directo, a las que hoy quiero dar un pequeño homenaje.
Admiro a una mujer increíble que, por amor en un principio y por miedo más tarde, pasó por una relación horrorosa en la que el maltrato estaba a la órden del día. Eso no es admirable.
Lo admirable es que en un momento dado, tuvo el valor y el coraje suficiente para decir NO. Tuvo la fuerza suficiente para cortar esa relación (con sus duras consequencias) y comenzar una nueva vida.
Decidió tener la suerte, de encontrar alguien que la mereciera y de hacer felices a los que de verdad la querían, consiguiendo ser feliz ella.
Y enfrentar la vida con una sonrisa y la cabeza bien alta.
Admiro a un hombre que tuvo el valor de enfrentarse a los que más quería por amor. Apostó por una persona que consideraba especial y cada día lo refuerza con paciencia, cariño y la fuerza de su corazón.
Admiro a un grupo de personas, que unidas, han sabido encontrar el apoyo de desconocidos. Con su trabajo, su cordialidad, el engranaje de su equipo y la fuerza que transmite el sentido común.
Admiro a los niños que, sin saberlo, hacen que las penas pasen a un segundo plano. Ayudan a aprender mientras les intentamos enseñar, y nos hacen sentir que la vida, vale la pena vivirla.
Admiro a muchísimas personas de mi entorno, de mis círculos, de mi vida cotidiana. Y aunque en este post, solo menciono a algun@s, creo que todo el mundo tiene algo admirable, por lo que soy realmente afortunada de conocer a tantas y tan variadas personas. ¿No crees? ;)
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