Resulta de lo más curioso, pero suena hasta mal, eso de decir que uno es feliz.
Más, cuando sabemos que "la cosa está mal", que la economía está muy jodida, que hay mucho desgraciado suelto, y que cada día hay algo que nos hace sentir mal de algún modo.
Pero la verdad es que aún con toda esa realidad dándonos en la cara, se puede ser feliz.
Como todo, es cuestión de planteárselo primero, y de practicarlo, practicarlo, y practicarlo hasta que nos sale bien.
EL BUEN HUMOR
Para mí es la clave. El tomarse las cosas con buen humor, el encontrarle el lado divertido a todo lo que puedo, el no tomarme las cosas que me molestan demasiado en serio.
Pensar que mañana puede cambiar todo, y que puede que no tenga oportunidad de volver a disfrutar de ese momento.
No es necesario pensar que mañana podemos morir (no hace falta ser tan catastrófico) pero sí recordar, que aquello que dejemos pasar hoy ya no lo recuperaremos mañana.
Hay momentos terribles que no podemos cambiar, que nos afectan, duelen y trauman de forma irreparable. Con esos momentos, no podemos hacer nada más que llorarlos, gritarlos y sacarlos de la mejor manera que podamos, para luego seguir con nuestra vida.
Soy consciente que suena “demasiado fácil” para ser verdad, pero no es justo para nadie, empezando por nosotros mismos, el quedarnos sumidos en el dolor. Hay que aprender a seguir y volver a disfrutar de todos los buenos momentos que cada día nos brinda la vida.
Para mí es imprescindible al menos una vez al día, reír, hacer una broma, tener una pequeña conversación amena, dar un beso a los que tanto quiero y acostarme con un buen pensamiento en la cabeza (sin ningún enfado importante)
Bien mirado, lo que cuento, no es solo el secreto de mi felicidad, si no la base de mi existencia, ya he vivido demasiado tiempo en “el lado oscuro” y sinceramente en este “lado” se vive mejor.
Más, cuando sabemos que "la cosa está mal", que la economía está muy jodida, que hay mucho desgraciado suelto, y que cada día hay algo que nos hace sentir mal de algún modo.
Pero la verdad es que aún con toda esa realidad dándonos en la cara, se puede ser feliz.
Como todo, es cuestión de planteárselo primero, y de practicarlo, practicarlo, y practicarlo hasta que nos sale bien.
EL BUEN HUMOR
Para mí es la clave. El tomarse las cosas con buen humor, el encontrarle el lado divertido a todo lo que puedo, el no tomarme las cosas que me molestan demasiado en serio.
Pensar que mañana puede cambiar todo, y que puede que no tenga oportunidad de volver a disfrutar de ese momento.
No es necesario pensar que mañana podemos morir (no hace falta ser tan catastrófico) pero sí recordar, que aquello que dejemos pasar hoy ya no lo recuperaremos mañana.
Hay momentos terribles que no podemos cambiar, que nos afectan, duelen y trauman de forma irreparable. Con esos momentos, no podemos hacer nada más que llorarlos, gritarlos y sacarlos de la mejor manera que podamos, para luego seguir con nuestra vida.
Soy consciente que suena “demasiado fácil” para ser verdad, pero no es justo para nadie, empezando por nosotros mismos, el quedarnos sumidos en el dolor. Hay que aprender a seguir y volver a disfrutar de todos los buenos momentos que cada día nos brinda la vida.
Para mí es imprescindible al menos una vez al día, reír, hacer una broma, tener una pequeña conversación amena, dar un beso a los que tanto quiero y acostarme con un buen pensamiento en la cabeza (sin ningún enfado importante)
Bien mirado, lo que cuento, no es solo el secreto de mi felicidad, si no la base de mi existencia, ya he vivido demasiado tiempo en “el lado oscuro” y sinceramente en este “lado” se vive mejor.
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