Para los que no se acuerdan, el país de nunca jamás es el lugar en el viven Peter Pan, Campanilla, el Capitán Garfio, los Niños Perdidos y muchos personajes más del maravilloso cuento Peter Pan, (para las generaciones más jóvenes os suena de una peli).
Todo esto viene a que últimamente ese cuento se ha convertido en una fuente de inspiración personal.
Ya lo sé, vaya friki estoy hecha....
Lo cierto es que algo que recuerdo y me ha ayudado a pasar unos momentos complicadillos, son los ingredientes para poder viajar al país de Nunca Jamás.
Se necesitaba polvo de Hada, que mana de un árbol mágico de ese país y recuerdos felices.
Y os preguntareis...¿y toda esta parrafada para llegar...?
A mi inspiración.
Hay días que me cuesta mantener el buen humor, hay días en los que parece que mi paciencia ha decidido hacer huelga y en los que, precisamente el resto del mundo se empeña en poner a prueba mi estabilidad emocional.
He recurrido entonces a mis "recuerdos felices" (que por suerte son muchos) y me he concentrado en ellos hasta poder sonreir con soltura.
La verdad es que me ha salido tan bien el experimento, que lo estoy aplicando bastante a menudo.
Cuando me siento con un poco de "bajón" recurro a recordar las sonrisas de mis hijas, el abrazo protector de mi marido, el comentario gracioso de alguno de mis compañeros o la sensación de alguna de mis canciones favoritas. Y al poco ya estoy lista para seguir disfrutando de la vida.
Soy consciente de que esta entrada es de lo más............ lo que queraís, pero hoy me siento "Campanilla".
Todo esto viene a que últimamente ese cuento se ha convertido en una fuente de inspiración personal.
Ya lo sé, vaya friki estoy hecha....
Lo cierto es que algo que recuerdo y me ha ayudado a pasar unos momentos complicadillos, son los ingredientes para poder viajar al país de Nunca Jamás.
Se necesitaba polvo de Hada, que mana de un árbol mágico de ese país y recuerdos felices.
Y os preguntareis...¿y toda esta parrafada para llegar...?
A mi inspiración.
Hay días que me cuesta mantener el buen humor, hay días en los que parece que mi paciencia ha decidido hacer huelga y en los que, precisamente el resto del mundo se empeña en poner a prueba mi estabilidad emocional.
He recurrido entonces a mis "recuerdos felices" (que por suerte son muchos) y me he concentrado en ellos hasta poder sonreir con soltura.
La verdad es que me ha salido tan bien el experimento, que lo estoy aplicando bastante a menudo.
Cuando me siento con un poco de "bajón" recurro a recordar las sonrisas de mis hijas, el abrazo protector de mi marido, el comentario gracioso de alguno de mis compañeros o la sensación de alguna de mis canciones favoritas. Y al poco ya estoy lista para seguir disfrutando de la vida.
Soy consciente de que esta entrada es de lo más............ lo que queraís, pero hoy me siento "Campanilla".
Me gusta. Buen truco =P
ResponderEliminarTus comentarios, siemptre son bien recibidos, chavalote¡¡
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