
Hola,
Siempre que miro a mis hijas, me siento orgullosa de ellas.
Son autónomas, responsables, educadas, inteligentes y sobre todo independientes a pesar de su corta edad.
Como he comentado en otra entrada, mi manera de educarlas ha sido algo "salvaje".
Me explico:
Las he educado con muy pocas reglas ( se pueden contar con los dedos de una mano) que se cumplen a rajatabla, pero eso les ha dado la libertad de elección y lógicamente la aceptación de las consecuencias de sus decisiones.
Lo que a veces me ha hecho sentir mala madre (según los parámetros socialmente marcados) sobre todo al compararme con el resto de madres de mi entorno, la mayoría las tipicas gallinas cluecas que siempre llevan a sus polluelos bajo el ala...
Ahora, pasado el tiempo y viendo los resultados de mi forma de criarlas, me siento muy bien conmigo misma y muchisimo mejor con mis hijas.
A día de hoy, veo como niños criados como tontos (sus madres se empeñan en no dejarles hacer nada porque no los creen capaces) se convierten en adolescentes acomplejados por cualquier cosa, con una muy baja autoestima y con muchas dificultades para tomar ningún tipo de decisión.
O aquellos a los que se les ha consentido todo (sus padres pensaban que así los querian más) se transforman en jovenes tiranos, principales enemigos de sus progenitores.
Soy consciente que mis hijas tienen sus "defectos" como yo y como todo el mundo, pero cuando recuerdo los malos ratos que pasé soportando las "criticas constructivas" de las mamis de mi alrededor por mi forma de criarlas y veo las mujeres en las que se están convirtiendo, no puedo evitar sentirme orgullosa por el trabajo realizado, por el apoyo recibido por parte de mi marido y feliz por mis estupendas hijas....
¿Quien sabe? Quizás doy pié a otras muchas familias a educar sin dejarse influenciar por "la sociedad"....
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