Hola,
Tengo la gran suerte de vivir muy cerca del campo.
Tan cerca, que solo tengo que cruzar un puente y estoy en la montaña, dentro del maravilloso circulo del Montseny.
En el pueblo, una vez que cruzas el puente, hay una fuente que emana un agua bueniiiiisima, fresca y clara.
El lugar en el que está emplazada la fuente, es el típico sitio que utilizan los adolescentes para contarse historias de miedo al atardecer en primavera.
Es curioso ver como mi hija mayor y sus amigos, se cuentan las mismas historias que nos contábamos nosotros con su edad.
La chica de la curva de la carretera, que cuando alguna buena persona la recogía (unos kilómetros antes, claro) al llegar a la curva gritaba y desaparecia...
La zancuda, una niña que sus padres habían vendido a una empresa para que experimentasen con ella, cortándole las piernas y cosiéndole las patas de unos insectos mutantes....
El loco del bosque, que vive en las entrañas de la montaña y que solo baja cerca de la civilización cuando se acerca el aniversario de la muerte de su hijo y busca venganza llevándose a los niños del lugar....
Y mil historias más....
En fin, que han modificado pequeños detalles adecuándolos al tiempo actual para que sean más creibles, pero siguen siendo las mismas leyendas urbanas que oíamos de niños, contadas por los adolescentes que querian que los dejásemos tránquilos.
A mi me encantaba inventarme ese tipo de historias, y la verdad es que se me daba bastante bien, (eso de leer a Stephen King con 12 años ayudó algo...) por lo que cuando les cuento alguna a los amigos de mi hija siempre tenemos que acompañarlos a casa.....jejej.
Lo increible, es que todos estos adolescentes de los que hablo, han visto toda la saga de peliculas como Saw, cruel hasta la saciedad (yo no he sido capaz de ver ni una sola) y en cambio a la que escuchan una historia absurda, pero que tienen que imaginar tiemblan como hojas.
Definitivamente nuestros adolescentes necesitan trabajar más su imaginación....
CONTINUARÁ...
Tengo la gran suerte de vivir muy cerca del campo.
Tan cerca, que solo tengo que cruzar un puente y estoy en la montaña, dentro del maravilloso circulo del Montseny.
En el pueblo, una vez que cruzas el puente, hay una fuente que emana un agua bueniiiiisima, fresca y clara.
El lugar en el que está emplazada la fuente, es el típico sitio que utilizan los adolescentes para contarse historias de miedo al atardecer en primavera.
Es curioso ver como mi hija mayor y sus amigos, se cuentan las mismas historias que nos contábamos nosotros con su edad.
La chica de la curva de la carretera, que cuando alguna buena persona la recogía (unos kilómetros antes, claro) al llegar a la curva gritaba y desaparecia...
La zancuda, una niña que sus padres habían vendido a una empresa para que experimentasen con ella, cortándole las piernas y cosiéndole las patas de unos insectos mutantes....
El loco del bosque, que vive en las entrañas de la montaña y que solo baja cerca de la civilización cuando se acerca el aniversario de la muerte de su hijo y busca venganza llevándose a los niños del lugar....
Y mil historias más....
En fin, que han modificado pequeños detalles adecuándolos al tiempo actual para que sean más creibles, pero siguen siendo las mismas leyendas urbanas que oíamos de niños, contadas por los adolescentes que querian que los dejásemos tránquilos.
A mi me encantaba inventarme ese tipo de historias, y la verdad es que se me daba bastante bien, (eso de leer a Stephen King con 12 años ayudó algo...) por lo que cuando les cuento alguna a los amigos de mi hija siempre tenemos que acompañarlos a casa.....jejej.
Lo increible, es que todos estos adolescentes de los que hablo, han visto toda la saga de peliculas como Saw, cruel hasta la saciedad (yo no he sido capaz de ver ni una sola) y en cambio a la que escuchan una historia absurda, pero que tienen que imaginar tiemblan como hojas.
Definitivamente nuestros adolescentes necesitan trabajar más su imaginación....
CONTINUARÁ...
Jajajajajaj, pero que manía le has pillado a los pobres adolescentes!!!
ResponderEliminarLa verdad es que las pelis esas rollo Saw y compañía a mí tampoco me molan nada, aparte de ser guiones absurdos, ver vísceras, sangre y toda la mierda me quita las ganas de verlo.
Pero si tuviera 10 años menos lo vería, ¿porqué? pues porque es como una prueba de valor, si no lo ves eres un "crío" y un "cagao", así que tienes que verlo por huevos, aunque sea una mierda, o aunque les de más miedo que tus historias de terror.
Que suerte no seguir siendo adolescente...
Yo nunca tuve gran habilidad para contar historias de miedo, una vez me forzaron a contar algunas unos críos (yo tenía unos 14 y ellos unos 9-12) y no conseguí ni que se lo tomaran en serio... =(