Es impresionante como hemos cambiado.
Ha cambiado todo, entre comillas, porque la moda cambia cada temporada (aunque a veces es repetitiva), cambia la manera de ver la vida, cambia la manera de vivir y por supuesto la manera de educar.
Viendo la relación que tengo con mis hijas, desde el punto de vista de un extraño, me sorprendo dando consejos y tomándome los acontecimientos normales con una naturalidad que en otros tiempos seria impensable reaccionar así.
Mi hija mayor tiene una fotografía, que yo veo preciosa, en la que está a punto de besarse con su "novio" (ya se que es muy joven) a mi suegra esa foto le ha escandalizado, aunque lo peor para ella ha sido ver que a mi me pareciera bien que se hubiese hecho esa foto.
Cuando discutíamos el tema, hemos hablado de las relaciones de los jóvenes, de la información que tienen y como la obtienen, de las actitudes y aptitudes de la juventud en cuanto a relaciones y una de las frases que más me ha llamado la atención ha sido "que pensaría tu madre, si levantase la cabeza...."
Pues imagino que como mi suegra, no vería bien que su nieta de 14 años tenga novio, ni que se hubiese hecho una foto con él, y seguramente no entendería lo que opino de esa foto, ni como la educo, pero hemos cambiado.
Recuerdo lo mal que veia mi madre que tuviese novio, o que le dejase porque habia algo en él que no me gustase, o que no me casase con "el primero"... También recuerdo la conversación sobre sexo que tuve con ella, fué como un listado de cosas que no podia hacer porque estaban mal y me podia quedar embarazada y eso que cuando tuvimos esa conversación, yo ya tenía 17 años.
En cambio con mi hija mayor ya hemos tenido varias conversaciones sobre el tema, en las cuales no sólo le he explicado las formas y medios que debería tener en cuenta para evitar embarazos y enfermedades, si no que además hemos hablado de sentimientos, he intentado disipar sus dudas con sinceridad, sin censurarla ni juzgarla, y eso me hace sentir bien, porque mi hija ha reaccionado haciendome participe de sus preocupaciones y de su vida.
Al fin y al cabo ¿Quien mejor que su madre, que siempre quiere lo mejor para ella?
Hoy los chicos aprenden a valerse por si mismos, a utilizar una escoba o una lavadora, las chicas piensan en estudiar ingeniería industrial o automoción y las madres hemos aprendido a eliminar tabús y ser más naturales con nuestros hijos y con nuestro papel.
CONTINUARÁ...
Ha cambiado todo, entre comillas, porque la moda cambia cada temporada (aunque a veces es repetitiva), cambia la manera de ver la vida, cambia la manera de vivir y por supuesto la manera de educar.
Viendo la relación que tengo con mis hijas, desde el punto de vista de un extraño, me sorprendo dando consejos y tomándome los acontecimientos normales con una naturalidad que en otros tiempos seria impensable reaccionar así.
Mi hija mayor tiene una fotografía, que yo veo preciosa, en la que está a punto de besarse con su "novio" (ya se que es muy joven) a mi suegra esa foto le ha escandalizado, aunque lo peor para ella ha sido ver que a mi me pareciera bien que se hubiese hecho esa foto.
Cuando discutíamos el tema, hemos hablado de las relaciones de los jóvenes, de la información que tienen y como la obtienen, de las actitudes y aptitudes de la juventud en cuanto a relaciones y una de las frases que más me ha llamado la atención ha sido "que pensaría tu madre, si levantase la cabeza...."
Pues imagino que como mi suegra, no vería bien que su nieta de 14 años tenga novio, ni que se hubiese hecho una foto con él, y seguramente no entendería lo que opino de esa foto, ni como la educo, pero hemos cambiado.
Recuerdo lo mal que veia mi madre que tuviese novio, o que le dejase porque habia algo en él que no me gustase, o que no me casase con "el primero"... También recuerdo la conversación sobre sexo que tuve con ella, fué como un listado de cosas que no podia hacer porque estaban mal y me podia quedar embarazada y eso que cuando tuvimos esa conversación, yo ya tenía 17 años.
En cambio con mi hija mayor ya hemos tenido varias conversaciones sobre el tema, en las cuales no sólo le he explicado las formas y medios que debería tener en cuenta para evitar embarazos y enfermedades, si no que además hemos hablado de sentimientos, he intentado disipar sus dudas con sinceridad, sin censurarla ni juzgarla, y eso me hace sentir bien, porque mi hija ha reaccionado haciendome participe de sus preocupaciones y de su vida.
Al fin y al cabo ¿Quien mejor que su madre, que siempre quiere lo mejor para ella?
Hoy los chicos aprenden a valerse por si mismos, a utilizar una escoba o una lavadora, las chicas piensan en estudiar ingeniería industrial o automoción y las madres hemos aprendido a eliminar tabús y ser más naturales con nuestros hijos y con nuestro papel.
CONTINUARÁ...
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