Listo para una nueva sesión.
No es que me caiga mal o bien, sé que eso no importa.
Es un paciente más, como el resto, merece toda mi atención y empatía. Pero reconozco que este en especial me resulta un poco más difícil de llevar que al resto.
No es el primer famoso al que atiendo. Gracias a ellos, y a la reputación que me he ganado con mi trabajo en sus casos, tengo lo que tengo a día de hoy.
Cada uno tiene un problema diferente a otro, lógico. La mayoría son problemas "del primer mundo".
Muy alejados de esas personas que trataba en mis primeros años de profesión.
Esas personas, la mayoría de veces, tenían problemas que no estaban en sus manos. Y mi deber era, ayudarles a encajar y asimilar de la mejor forma posible, esos inconvenientes.
Muchos de ellos, terribles injusticias. Traumas causados por la mala gestión de un gobierno, que no se preocupa de quienes realmente sufren su maltrato.
En fin...
Repasando el historial de este paciente, tiene un nexo en común con el resto de mis pacientes.
La soledad.
Es increíblemente rico. Tiene varios negocios fructíferos, y un "colchón" importante para él y su familia.
Acude a decenas de fiestas y reuniones cada mes.
Le aclaman allá por donde va.
Recibe regalos exclusivos y vergonzosamente caros, sencillamente porque en sus manos, triplica las ventas.
Y se siente absolutamente solo y abandonado.
Me resulta muy llamativo verlo en la televisión, seguro de si mismo, fuerte, arrogante, con un punto de humildad impuesta y falsa, sabiéndose un portento en su trabajo.
Su trabajo.... Bueno sí, entrena varias horas cada día. Y en temporada, juega muy a menudo. Su trabajo es muy físico. Y su cuerpo es lo más importante para él.
Luego llega a mi consulta y me doy cuenta de lo inseguro que es. El miedo constante a la traición por parte de las personas de su entorno.
La necesidad de sentirse querido por sus hijos y su esposa, hace que se vuelque en ellos de una manera agobiante.
Sabe que su esposa, en cualquier momento puede dejarle por otro, y se asegura que a sus hijos no les falte de nada, para que sólo quieran estar con él.
Y todo esto, sin saber nada con certeza.
Va imaginando en todo momento ataques, traiciones, ardides en su contra...
Y hasta dónde yo sé, es su propio comportamiento el que le está dejando solo....
Pobre niño rico....
No es que me caiga mal o bien, sé que eso no importa.
Es un paciente más, como el resto, merece toda mi atención y empatía. Pero reconozco que este en especial me resulta un poco más difícil de llevar que al resto.
No es el primer famoso al que atiendo. Gracias a ellos, y a la reputación que me he ganado con mi trabajo en sus casos, tengo lo que tengo a día de hoy.
Cada uno tiene un problema diferente a otro, lógico. La mayoría son problemas "del primer mundo".
Muy alejados de esas personas que trataba en mis primeros años de profesión.
Esas personas, la mayoría de veces, tenían problemas que no estaban en sus manos. Y mi deber era, ayudarles a encajar y asimilar de la mejor forma posible, esos inconvenientes.
Muchos de ellos, terribles injusticias. Traumas causados por la mala gestión de un gobierno, que no se preocupa de quienes realmente sufren su maltrato.
En fin...
Repasando el historial de este paciente, tiene un nexo en común con el resto de mis pacientes.
La soledad.
Es increíblemente rico. Tiene varios negocios fructíferos, y un "colchón" importante para él y su familia.
Acude a decenas de fiestas y reuniones cada mes.
Le aclaman allá por donde va.
Recibe regalos exclusivos y vergonzosamente caros, sencillamente porque en sus manos, triplica las ventas.
Y se siente absolutamente solo y abandonado.
Me resulta muy llamativo verlo en la televisión, seguro de si mismo, fuerte, arrogante, con un punto de humildad impuesta y falsa, sabiéndose un portento en su trabajo.
Su trabajo.... Bueno sí, entrena varias horas cada día. Y en temporada, juega muy a menudo. Su trabajo es muy físico. Y su cuerpo es lo más importante para él.
Luego llega a mi consulta y me doy cuenta de lo inseguro que es. El miedo constante a la traición por parte de las personas de su entorno.
La necesidad de sentirse querido por sus hijos y su esposa, hace que se vuelque en ellos de una manera agobiante.
Sabe que su esposa, en cualquier momento puede dejarle por otro, y se asegura que a sus hijos no les falte de nada, para que sólo quieran estar con él.
Y todo esto, sin saber nada con certeza.
Va imaginando en todo momento ataques, traiciones, ardides en su contra...
Y hasta dónde yo sé, es su propio comportamiento el que le está dejando solo....
Pobre niño rico....
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