Me considero una mujer creativa, aunque no llamativa.
Me gusta hacer cosas diferentes, probar nuevos caminos, rutas desconocidas. Tener ideas locas, o jugar con lo que me rodea.
Amo jugar.
Me gusta darle la vuelta a lo que veo, a lo que oigo, a lo que siento, y encontrar perspectivas diferentes en todo.
Y quien me conoce, losufre sabe. Aunque no me gusta llamar demasiado la atención. Quizás, porque no lo necesito. Quizás, porque mi timidez me lo impide. Quizás... ves a saber....
Y no soy la única. Por suerte, me encuentro cada día con personas de lo más creativas. Personas que, sin darse cuenta, dibujan las historias "normales", de forma que pueden escribirse como grandes novelas.
Personas que, disfrutando de algo que les llena, encuentran un modo diferente de ser "normales".
Personas a las que admiro profundamente, debo decir.
Pero hoy, no quiero hablar de esas personas.
Hoy quiero hablar, de esas otras personas a las que no se les tiene en cuenta.
Hoy quiero hablar de aquellos que son felices siendo mediocres.
Sí. La creatividad está muy bien vista. Muy valorada de "puertas afuera". Pero en la realidad, su hermana modosa, la mediocridad, es la fuerte de la casa.
La mediocridad es el pan de cada día. Es la excusa para ser "normal".
Y ¿sabes qué? Que pienso que sí. Que hay que romper una lanza por los mediocres.
Por aquellos que luchan por su derecho a la mediocridad. Aunque a veces hayan sacrificado a personas creativas en su necesidad de "normalidad".
Porque ¿quién soy yo para decir a nadie cómo debe ser?
¿Quién es nadie, para hacer destacar a quien no quiere destacar "de esa manera"?
¿Quién puede pretender, que un mediocre rompa con su rutina?
Que sí, que es muy bonito eso de ser creativo, pero "los clientes no lo entienden" "resta profesionalidad" "habrá a quien no le guste". Y si no, que se lo digan a personitas creativas que decidieron darse a conocer, como puede ser Picasso (por poner un ejemplo rápido).
Hay que defender el derecho a la mediocridad. A ser lo que se cree que se espera que sea.
Debemos entender que ser mediocre no es malo, es simplemente ser mediocre.
Que hay muchos pecados en el mundo, y ser mediocre, no es uno de ellos.
Y que quien quiere ser mediocre, tiene sus motivos, y sus recompensas.
Porque ser mediocre, un día de estos, se pondrá de moda.... ya verás.
Me gusta hacer cosas diferentes, probar nuevos caminos, rutas desconocidas. Tener ideas locas, o jugar con lo que me rodea.
Amo jugar.
Me gusta darle la vuelta a lo que veo, a lo que oigo, a lo que siento, y encontrar perspectivas diferentes en todo.
Y quien me conoce, lo
Y no soy la única. Por suerte, me encuentro cada día con personas de lo más creativas. Personas que, sin darse cuenta, dibujan las historias "normales", de forma que pueden escribirse como grandes novelas.
Personas que, disfrutando de algo que les llena, encuentran un modo diferente de ser "normales".
Personas a las que admiro profundamente, debo decir.
Pero hoy, no quiero hablar de esas personas.
Hoy quiero hablar, de esas otras personas a las que no se les tiene en cuenta.
Hoy quiero hablar de aquellos que son felices siendo mediocres.
Sí. La creatividad está muy bien vista. Muy valorada de "puertas afuera". Pero en la realidad, su hermana modosa, la mediocridad, es la fuerte de la casa.
La mediocridad es el pan de cada día. Es la excusa para ser "normal".
Y ¿sabes qué? Que pienso que sí. Que hay que romper una lanza por los mediocres.
Por aquellos que luchan por su derecho a la mediocridad. Aunque a veces hayan sacrificado a personas creativas en su necesidad de "normalidad".
Porque ¿quién soy yo para decir a nadie cómo debe ser?
¿Quién es nadie, para hacer destacar a quien no quiere destacar "de esa manera"?
¿Quién puede pretender, que un mediocre rompa con su rutina?
Que sí, que es muy bonito eso de ser creativo, pero "los clientes no lo entienden" "resta profesionalidad" "habrá a quien no le guste". Y si no, que se lo digan a personitas creativas que decidieron darse a conocer, como puede ser Picasso (por poner un ejemplo rápido).
Hay que defender el derecho a la mediocridad. A ser lo que se cree que se espera que sea.
Debemos entender que ser mediocre no es malo, es simplemente ser mediocre.
Que hay muchos pecados en el mundo, y ser mediocre, no es uno de ellos.
Y que quien quiere ser mediocre, tiene sus motivos, y sus recompensas.
Porque ser mediocre, un día de estos, se pondrá de moda.... ya verás.
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