Cada cierto tiempo iniciamos una nueva etapa. Son las etapas las que marcan nuestros círculos y nuestra vida. Cuando nacemos, cuando vamos a la guardería, al colegio, instituto, el primer trabajo, pareja, etc... Son procesos normales, que nos marcan de manera diferente y que acompañan nuestra evolución con diferentes personas que influyen en mayor o menor medida en dicha evolución. Siempre he dicho (y lo repetiré hasta la saciedad) que soy muy afortunada por la gente que me rodea. Hoy he estado recordando a algunas de esas personas que, aunque han estado "de paso", han estado un círculo más cerca que otras. El señor Juan que me enseño a apreciar el arte que existe en todo. Una profesora que se llamaba Cristina y que me presionó lo suficiente para sacar un carácter que no sabía que tenía. La señorita Laura, una ex-monja que tenía toda la dulzura del mundo en sus actos. Mis compis del Lepanto, con los que me lo pasé en grande siendo niña, y me lo sigo pasando en g